De la Poesía Dominicana, Evolución, sus Movimientos de Vanguardia y principales exponentes
Iniciamos en el siglo XIX, es el que conforman Salomé Ureña, José Joaquín Pérez y Gastón Fernando Deligne, tres pilares donde descansa la modernidad de nuestra poesía de la época en sus vertientes patriótica, indigenista y psicológica. Pero no es sino en el siglo XX cuando nuestra poesía alcanza la categoría de moderna, con el surgimiento de las vanguardias.
La poesía es el género más cultivado desde Manuel María Valencia, el primer poeta romántico, pasando por Fabio Fiallo y otros que asimilan las influencias de las corrientes literarias europeas, hasta la irrupción incipiente del modernismo en tres figuras importantes como Valentín Giró, Ricardo Pérez Alfonseca y Osvaldo Bazil, cuyas influencias de Rubén Darío languidecen con la aparición del postumismo, hacia 1921. Tal es el caso de Otilio Vigil Díaz, el introductor de las vanguardias en las letras dominicanas, y gran renovador de nuestra lírica, influido por el simbolismo francés. Así, funda el primer movimiento poético de carácter unipersonal, al que se le sumó Zacarías Espinal y al que denominó vedrinismo, llamado así porque en sus versos intentaba hacer las piruetas que hacía en el aire un aviador francés de nombre Jules Vedrines.
Vigil Díaz introduce la modernidad al crear el verso libre y el poema en prosa con sus libros Góndolas (1912) y Galeras de Pafos (1921). Después de él, la poesía dominicana vive otro gran momento representado por Domingo Moreno Jiménez, al fundar, junto al filósofo Andrés Avelino y al poeta Rafael Augusto Zorrilla, el postumismo, en 1921.
Redactan un manifiesto en el que niegan las vanguardias y favorecen una poesía de carácter nacionalista que rescate el color local, el paisaje y la identidad del hombre dominicano. Con el postumismo la tradición poética dominicana se renueva y sacude para incubar nuevas voces que la fortalecen.
A este movimiento le sigue
Después le sigue la generación de los Independientes del 40, integrada por Manuel del Cabral, Héctor Incháustegui Cabral, Pedro Mir y Tomás Hernández Franco, los cuales publicaron poemas emblemáticos como Compadre Mon (de Manuel del Cabral) , Hay un país en el mundo (de Pedro Mir, el poeta nacional) , Poema de una sola angustia( de Héctor Inchaustegui Cabral) y Yelidá (el gran poema épico, de Tomás Hernández Franco).
De los Sorprendidos se desprende otro grupo de poetas antitrujillistas llamados
En los años sesenta, a raíz de la caída del régimen de Trujillo, surgen los escritores de
En la misma década, y como consecuencia de
En los años ochenta aparece un movimiento poético que funda una ruptura con aquella generación al desentenderse de lo ideológico y de la circunstancia histórica, creando una poesía del pensamiento y la reflexión sobre otros temas: no ya lo social, sino lo filosófico, la muerte y lo erótico.
Entre esos poetas están Leandro Morales, José Mármol, Plinio Chahín, Dionisio de Jesús, Médar Serrata, Víctor Bidó, José Alejandro Peña, etc.
El tambien el poeta y pianista Manuel Rueda se le reconoce un sitial de preferencia en las letras dominicanas. Los historiadores y críticos literarios de la isla han ponderado especialmente su participación en el grupo de
Cabe destacar poetas de transición de finales de los años setenta y principios de los ochenta, como José Enrique García, autor del libro El fabulador y Cayo Claudio Espinal creador del Movimiento Contexualista y autor de los libros Utopía de los vínculos, Banquetes de aflicción, Comedio (entre gravedad y risa), Las políticas culturales en
También de transición, aparece en 1993 Preeminencia del tiempo, de Leopoldo Minaya, tal vez la obra poética fundamental de la última década del siglo XX, caracterizada por un sincretismo estético y estilístico que integra el canon clásico a las diversas escuelas de vanguardia, revelando una angustia existencial que remonta a las esencias mismas del espíritu humano.
Esto es una pincelada sobre la evolución de este genero literario, que debe continuarse desarrollando en nuestro país que traten de expresar las costumbres, el pensamiento dominicano y una proyección hacia una sociedad mas identificada con sus creaciones artísticas, no solamente en ésta sino en las demás artes.
Espero que haya sido útil lo que aquí se ha escrito.
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