domingo, 6 de diciembre de 2015

Lo imagino

Lo imagino cada mañana al salir el sol y a la llegada del crepúsculo leyendo las noticias del diario acontecer y ¿por qué no”? novelescas que ruborizan por su contenido platónico, todas con el común denominador de un producto grato, relajante. 

Prensa y digitales con un respiro alentador solo con noticias positivas que lleven la paz a cada lector que abra sus páginas o da un clic en los medios electrónicos que no pueden ser manoseados de manera física. La República Dominicana es un país de paz, poblado de personas adorables, lo que motiva que los visitantes siempre expresen su satisfacción por el trato recibido. 

Este país se debe esforzar en que prevalezca ese reconocimiento positivo viviendo en paz cada quien con sus vecinos y no haciendo a su prójimo lo que no querrías para vos. Noticias positivas saboreadas por los lectores para iniciar un día sin sobresaltos, para seguir enterándose por estos medios que nos mantienen al tanto de las cosas hermosas que se producen en distintos segmentos poblacionales a nivel local e internacional. 

Con dominicanos esforzados en adquirir lo que poseen en buena lid sin tener que inclinar su frente, la nación avanza como modelo en su imparable trayecto al bienestar, al progreso y la dignidad bien ganados, logros en que de un modo u otro influyen prensa y digitales. 

 El constante bombardeo negativo de informaciones deprime, crea desasosiego e invita a quienes tienen poco control de sí mismos a repetir hechos deleznables. Para ir en la línea del trayecto hacia el sol se precisa usualmente forrarse de todo lo positivo en el hogar y el entorno sin salir o cambiar esta ruta.

 No permitas que su entorno o cualquier trivial circunstancia puedan cambiar la manera de vivir en libertad, de respeto a sus semejantes y de ganar el sustento sin torceduras que a posteriori se podrían revertir con fines de opacarle.

Imagino a cada dominicano saboreando una grata noticia, brotando en él candor de la felicidad y a otros tratando de imitar ese gozo visceral que contagia a los vecinos en tiempos en que la luz espiritual debe socavar cualquier contrariedad. 

 Lo imagino, hombre-mujer en cualesquiera de las edades, en una mecedora en su hogar, en el parque, en su trabajo o cuando detiene el vehículo dar una ojeada para enterarse del acontecer local y mundial reprimido en las páginas de los diarios sin estridencias en el contenido, en una mañana suave o en una tarde candorosa. 

 Su respiro profundo, y suave a la vez, lo imagino en cada persona que se entrega a su quehacer cotidiano con la tranquilidad propia de la ausencia de sobresaltos. La actitud positiva de cada dominicano es puntera para que República Dominicana mantenga el sitial de buenos ciudadanos y se coloque como el mejor de todos los países. Por Candida Figuereo.06/12/2015.

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